Amor, ¿te encontraré algún día?

Algunas veces me pregunto si el amor existe.El amor romántico correspondido.
Ese en el que conoces a una persona por la cual serías capaz de dar tu vida, y en el que esa persona sería capaz de hacer lo mismo por ti.
De ese amor que no ve lo físico, no ve cuantos kilos pesas, no ve cuando envejeces y no ve el lugar en donde estés: te ama, así sea en la distancia.
Ese en el que solamente puedes respirar cuando estás cerca de la persona que te lo inspira.
De ese amor que resalta las fortalezas quitándole importancia a las imperfecciones de la relación.
Ese en el que el tiempo se congela y no le quita hermosura al mundo, porque graba los instantes para que parezcan eternos y los mejora a través de los recuerdos.
Me pregunto si alguna vez llegaré a sentir esa clase de amor.
Porque cuando viste y sentiste como las personas que te dieron la vida: tus padres, van perdiendo ese amor, el que se supone que tenían sin barreras te quedas desconcertado y con un inquietante miedo.
Miedo al concebir la sola idea de que te pase lo mismo, y tu mundo se reduzca a un par de corazones rotos. Y te preguntas si otro amor será capaz de curar esa sensación de vacío que antes estaba llena con una inmensa alegría que se filtraba a través de tus poros.
Me pregunto si sentiré todo eso.
Y es que la vida se reduce a una cosa: el amor, ya sea el de una madre, el de un amigo, el de un hermano o el de un novio.
Pero el amor del que hablo es tan especial porque cuando encuentras a esa persona que no es de tu familia pero la incluyes en tu vida para después formar una nueva estás en algo que no se ve todos los días, estás viviendo algo que posiblemente sólo vivirás una vez, estás dándole a tu corazón otra función.
Y es que nuestras almas buscan desesperadamente volver a unirse con otra alma,  diferente pero igual de hermosa.
Así que si alguna vez llego a sentirlo, aunque sea por sólo unos instantes me sentiré agradecida. Daré las gracias a mis padres, porque aunque para ellos esa fue una sensación  efímera, les permitió darme  la vida para sentir...
...que volvía a ser yo misma.