Soy como hielo y fuego unidos.
Sol y lluvia.
Explanada y cordillera.
Blanco y negro.
Curva y recta.
Sonrisa y lágrima.
Noche y día.
Tengo dos sentimientos peleando dentro de mí, por mi conciencia.Soy como riachuelos tomando distintas direcciones después de estar unidos kilómetros, pero estoy en la intersección entre ellos.
Soy como una estrella que se pregunta si ha nacido del sol. Como plutón preguntándose si es el primero o el último.
Tengo mi lado oscuro conviviendo peligrosamente con mi lado bueno.
Demonio y ángel.
Sol y luna.
Orden y desorden.
Cueva y valle.
Mi instinto llama al mundo, para poder conquistarlo. Mi conciencia se integra al mundo como una hormiga dentro de un hormiguero, entre millones de criaturas iguales.
Soy una estrella fugaz que pide tu deseo y al último momento te lo niega.
Soy la mejor persona vestida de negro, pero también lo soy vestida de blanco.
Soy la que reza en los cementerios y la que escampa en las nubes.
Soy la que no se echa protector solar en Mercurio.Y en una tarde de invierno toma un helado.
La que coge las lágrimas con las manos para después saborearlas con la boca, llevándolas de nuevo a su destino.
La que ríe por nada y llora por todo.
La que esconde mil emociones por dentro y muestra las superfluas.
La que se pierde a si misma cada vez que el anochecer llega y se levanta a buscarse en cada amanecer.
Y ¿sabes qué?
En este mundo, no me parece que sea tan rara.
Emotivos
... y aquí están las emociones que se convirtieron en palabras porque no sabía como expresarlas o simplemente no podía hacerlo.
Como un esclavo que lanza un grito de libertad cuando logra escapar de su cautiverio.
Como una oruga que sale majestuosa de su capullo convertida en mariposa.
Como las olas atraídas por la luna buscando llamar la atención.
Y como cuando uso las cadenas de mi corazón y mi mente para atar ideas con otras formando una barrera dulce, segura pero impenetrable.
jueves, 12 de enero de 2012
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Entendí que no puedo cambiar el mundo, pero también que el mundo no puede cambiarme a mí
Vivimos en un laberinto, donde buscamos encontrarnos a nosotros mismos perdiéndonos constantemente
2 comentarios:
Una conclusión sublime. Me gusta como escribes :)
Después de la dualidad existe el comprender que siempre somos otros, y que es mejor reconocernos como muchos que como uno solo...yo soy otro...un abrazo y sigo en deuda...att: Juan Manuel...
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